HORMONA DEL CRECIMIENTO HUMANA (HCH)

José Rodrigo García

Director de la Universidad del Deporte

La hormona de crecimiento hipofisaria humana (HCH), se sintetiza principalmente las zonas laterales de la adenohipófisis, desde donde se vierte a la circulación. La hipófisis humana contiene entre 5 y 10 mg de esta hormona. Aproximadamente un 90% de la hormona del crecimiento sintetizada por las células somatotropas es una proteína de 191 aminoácidos, con un peso molecular de 22 650 dalton; denominada GH-22KD. El 10% restante corresponde sobre todo a una proteína de 20 269 dalton (GH-20KD), que carece de los aminoácidos localizados entre las posiciones 32 y 46. Hay también una pequeña cantidad de variantes, originadas por modificaciones químicas (desanimación, acetilación, agregación) de las formas anteriores, cuya significación fisiológica no ha sido totalmente esclarecida.

La síntesis y la secreción de HCH por la hipófisis están controladas por el hipotálamo, fundamentalmente mediante dos neurohormonas: una de carácter estimulador, la hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH, growth hormone-releasing hormone), y otra de carácter inhibidor, la somatostatina (SS o SRIF, somatotropin release-inhibiting factor).

A su vez, tanto la síntesis como la liberación de GHRH y SS se regulan por un gran número de neurotransmisores, hormonas y señales metabólicas. La liberación de estas neurohormonas a la circulación portal hipotálamo-hipofisaria ocurre de forma rítmica y alternante, lo que lleva a que la secreción de HCH sea episódica. Cada balsa de secreción es originada por un aumento de la liberación de GHRH junto con una disminución de la liberación de SS. Se establece así un ritmo hipotálamo-somatotropo (HSR), de máxima amplitud durante la fase de sueño de ondas lentas, variable en cuanto a la intensidad y frecuencia de los episodios secretores en función de la edad y el género.

La generación y la modulación de este ritmo parecen claves para la optimización de los efectos biológicos de la hormona.

Además de la GHRH y la SS, otros factores hipotalámicos y periféricos pueden estar implicados en el control de la secreción de HCH. Éste es el caso de los péptidos denominados genéricamente GHRP (growth hormone releasing peptides) y más concretamente del factor gástrico ghrelin. Sobre la síntesis y/o la liberación de todos estos factores actuarían una serie de neurotransmisores, otras hormonas y señales metabólicas.

La HCH no actúa de forma específica sobre un determinado órgano objetivo, sino que ejerce su trabajo sobre todo el organismo. Por sus acciones sobre el sistema esquelético, la HCH resulta clave para un crecimiento corporal armónico y para la consecución de una talla adulta normal. Estos efectos se obtienen tanto por una acción directa de la HCH sobre dichos tejidos como a través del incremento de la síntesis de IGF-1 (insulin-like growth factor-1, factor de crecimiento tipo insulina 1), fundamentalmente en el hígado y el hueso. Sin embargo, el efecto biológico más importante de la HCH ocurre en el metabolismo intermediario, por medio de sus acciones anabolizantes, lipolítica y diabetógena, que se realizan de una forma perfectamente integrada para conseguir como efecto final el crecimiento, o atender a las regulaciones metabólicas y nutricionales del organismo una vez finalizado aquél. Aunque muchos hablan solo de sus bondades, como el aumento de la masa muscular, eliminación de grasa, rejuvenecimiento interno y externo, reafirmación de la piel, revitalización sexual, aumento de la libido, mejoría de la memoria y una cantidad infinita de beneficios, existe una gran preocupación por parte de las autoridades sanitarias alrededor del mundo, por el uso indiscriminado que se está haciendo de la Hormona del Crecimiento sintética (somatropina), ya que se han encontrado gran cantidad de efectos secundarios relacionados, que pueden ir, desde aumentar los riesgos de diabetes, especialmente en aquellos con predisposiciones hereditarias, hasta algunos casos que se han asociado con el incremento de la somatostatina, que es una hormona proteica producida por las células delta del páncreas, en lugares denominados islotes de Langerhans.

La somatostatina interviene indirectamente en la regulación de la glucemia, e inhibe la secreción de insulina y glucagón. La secreción de esta hormona está regulada por los altos niveles de glucosa, aminoácidos, de glucagón, de ácidos grasos libres y de diversas hormonas gastrointestinales. Su déficit o su exceso provocan indirectamente trastornos en el metabolismo de los carbohidratos. Es secretada por el hipotálamo y otras zonas del sistema nervioso central (región paraventricular anterior, capa externa de la eminencia media, órgano subcomisural, glándula pineal). Esta hormona inhibe la síntesis y/o secreción de la hormona del crecimiento endógena (GH, STH o Somatotropina) por parte de la adenohipófisis o hipófisis anterior, por lo que es una hormona de anti-crecimiento. También inhibe el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, bloqueando la respuesta de la hormona estimulante de la tiroides (TSH o tirotropina) a la hormona liberadora de tirotropina o TRH.

La aplicación innecesaria de GH extra, también puede mostrar muchos efectos secundarios negativos como hipoglucemia, hipertensión; especialmente intra-craneal; distensión abdominal por hipertrofia del colon transverso y otros órganos como el hígado y el bazo; edema (retención de líquidos), inflamación articular con dolor, síndrome del túnel carpiano, artritis reumatoide, inflamación de las glándulas mamarias y los pezones, arritmias cardiacas, acromegalia (gigantismo), hepatomegalia (desarrollo indiscriminado del hígado), tumores carcinoides, especialmente cáncer de colon, recto, páncreas, hígado, estómago, prostático y mamario, por el aumento de una sustancia llamada IGF-1, etc.; causa problemas para conciliar el sueño, lo que acelera el envejecimiento celular; en la mujer se puede presentar endometriosis y resequedad vaginal por crecimiento de las paredes del útero.

A partir de 1985, se encontraron casos inusuales de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob (trastorno cerebral degenerativo que conduce a la demencia y hasta la muerte), en individuos que recibieron diversas dosis de HCH, diez a quince años antes. La lista continua, puede haber, reacciones alérgicas severas (erupción cutánea, urticaria, prurito, dificultad para respirar, opresión en el pecho, hinchazón de la boca, cara, labios o lengua), agrandamiento de las mamas en los hombres, cosquilleo ardiente, picazón o entumecimiento en la palma de la mano, los dedos o la muñeca, el cambio en la apariencia o el tamaño de un lunar, confusión, dolor de oído, secreción o dolor, fiebre, problemas de audición, dolor de cadera o rodilla, náuseas o vómitos; un nuevo crecimiento en la piel (verrugas); tos persistente o grave o dolor de garganta, dolor de estómago persistente o inusual; ronquidos, respiración irregular durante el sueño, apnea; dolor de cabeza repentino, severo o persistente o mareos, aumento de la sed, el hambre o la micción, debilidad inusual; piel engrosada o endurecida en el sitio de la inyección; moretones inusuales; cambios en la visión, etc., mientras con mayor frecuencia se utilice, o la dosificación sea más alta, el riesgo se multiplica exponencialmente. 

¿Cómo funciona la hormona del crecimiento humana?

La HCH tiene una corta vida, pero durante su media hora más o menos de ráfagas de actividad desde la pituitaria ejerce en sí misma efectos directos e indirectos.

Sus efectos directos son el resultado del acoplamiento de la HCH con sus receptores en las células objetivo. Las células de grasa (adipocitos) como los miocitos (células musculares) tienen receptores de HCH. A las células adiposas, la HCH las estimula a liberar los triglicéridos y suprimir su habilidad para absorber los lípidos circulantes.

Cuando la HCH viaja hasta el hígado, uno de los resultados de su paso a través de él, es la secreción de IGF-1. Cuando la IGF-1 es secretada, estimula la proliferación de condrocitos (células de cartílago), cuyo resultado es crecimiento óseo. También participa en la estimulación de ambas, la proliferación y la diferenciación de mioblastos (el precursor de las fibras de la estructura muscular). IGF-1 también estimula la absorción de los aminoácidos y la síntesis de proteínas en los músculos y otros tejidos.

La HCH estimula el anabolismo proteico en muchos tejidos. Este reflejo incrementa la síntesis proteica, disminuye la oxidación de proteínas e incrementa la absorción de aminoácidos. La HCH mejora el aprovechamiento de las grasas por la estimulación del desdoblamiento y la oxidación de los triglicéridos en las células de grasa (adipocitos).

La HCH puede afectar la función de otras hormonas. La HCH puede suprimir la habilidad de la insulina para estimular la absorción de la glucosa en los tejidos y mejorara la síntesis de la misma en el hígado, con la aplicación de HCH, realmente se estimula la secreción de insulina y puede crear un estado de hiperinsulinemia. Esta combinación puede llevar a decrecer la sensibilidad a la insulina, que en su momento puede llevar a la hiperglicemia.

La HCH puede también, en determinadas circunstancias, tener un ligero efecto inhibidor en la función de las hormonas tiroideas (y también al contrario), siendo estas variantes muy amplias de individuo a individuo.

La Dirección de Alimentos y Medicinas (Food and Drug Administration o FDA) de Estados Unidos ha aprobado el tratamiento con HCH para enfermedades específicas, y está hormona solo está disponible con receta médica en inyectable.

En niños, la HCH se usa para tratar su deficiencia, trastornos que causan baja estatura (si el niño es más bajo que otros de la misma edad), u otros tales como enfermedades renales, el síndrome de Turner y el síndrome de Prader-Willi. En adultos, la HCH se usa también para tratar su deficiencia; la pérdida de masa muscular (tejido muscular) debido al VIH u otras enfermedades y el síndrome de intestino corto, entre otras.

Se han estudiado los efectos de la HCH en adultos sanos y los resultados no han sido concluyentes. Algunos estudios a corto plazo descubrieron que los adultos mayores desarrollaron cierta musculatura, perdieron grasa corporal y aumentaron su resistencia y fuerza física; sin embargo, otros estudios no mostraron beneficios significativos. Se requieren más estudios para comprender plenamente los beneficios y riesgos del uso de la GH en adultos sanos.

Además de su uso en la investigación, recetar o consumir HCH para usos no regulados es ilegal en Estados Unidos. Los adultos pueden mejorar su salud, estructura corporal, fuerza física y resistencia con una dieta saludable y ejercicio con regularidad.

La gente utiliza HCH ilegalmente para detener o revertir los efectos del envejecimiento o para mejorar el desempeño atlético. Algunos atletas combinan la HCH con esteroides anabólicos (que generan tejidos), en un esfuerzo por aumentar su musculatura y la fuerza física, y disminuir la grasa corporal. Algunos también usan insulina para aumentar los efectos musculares de la HCH, lo cual es peligroso, porque disminuye la glucosa en la sangre.

Finalmente, hay que considerar que mucha de la HCH que actualmente se vende en el mercado negro, es falsa o carece de los principios activos reales; de igual forma, su estructura molecular se puede haber visto modificada al sintetizarla, almacenarla o transportarla en condiciones indebidas (temperatura, exposición a la luz, contaminantes bilógicos, etc.), pero aun así, la gente es capaz de hacer lo que sea para ahorrarse trabajo o buscar la “perfección” estética, incluso, poner en riesgo su vida.

Lo más increíble es que a pesar de saber todo esto, se sigue usando y quienes lo hacen, en lugar de ponerse en manos de un profesional responsable, que seguramente tratará de disuadir de utilizarla o recomendará dosis terapéuticas, se administra por el consejo de un “experto” del gimnasio, que desde luego carece de capacidad y de escrúpulos.

 

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