EJERCICIO FÍSICO EN EL EMBARAZO: QUÉ PRECAUCIONES TOMAR Y QUÉ ACTIVIDADES SON LAS MÁS RECOMENDADAS

Ejercitarse durante el embarazo es primordial para tener una buena salud física y mental, evitar complicaciones, sobrepeso y llegar al momento del parto en buena forma. Para el bebé también es beneficioso, pues el deporte materno favorece su desarrollo neuromotor, regula su ritmo cardíaco y mejora el aporte de nutrientes y oxígeno a la placenta.

Pero es necesario seguir ciertas recomendaciones para practicar deporte de forma segura en el embarazo, así como saber cuándo es mejor empezar, qué tipo de deporte es el más recomendado y qué otros importantes consejos tener en cuenta.

Según la Guía Clínica para el ejercicio físico durante el embarazo, estas son las principales recomendaciones que debes tener en cuenta para ejercitarte durante la gestación:

 

Ejercitarse siempre, salvo que exista contraindicación médica

Toda mujer gestante debería mantenerse activa físicamente durante su embarazo, salvo que exista algún tipo de contraindicación médica. Las contraindicaciones pueden ser de dos tipos:

  • Absolutas (el ejercicio está contraindicado siempre): insuficiencia cardíaca, tromboflebitis o tromboembolismo pulmonar reciente, gestación múltiple, macrosomía fetal, sospecha de sufrimiento fetal o crecimiento intrauterino retardado, hemorragia vaginal, riesgo de parto prematuro, bolsa rota…
  • Relativas (debe ser el profesional médico quien valore el riesgo/beneficio de practicar ejercicio físico): hipertensión arterial, diabetes, enfermedad tiroidea, abortos recurrentes previos, trastornos hematológicos, bronquitis, obesidad, arritmias o palpitaciones, limitaciones traumatológicas…

 

El ejercicio debe tener un carácter regular, nunca ocasional. En este sentido, es recomendado la práctica de ejercicio físico diario durante 30-45 minutos, o incluso una hora de duración al día si el ejercicio es caminar.

No obstante, las mujeres embarazadas deberían acumular al menos 150 minutos semanales de actividad física,  desarrollada en (al menos) tres días por semana. Sin embargo, y a pesar de las recomendaciones, el porcentaje de mujeres que cumple con esta condición apenas se sitúa entre e 15-20%.

El ejercicio que realice la embarazada debe ser de intensidad moderada, es decir, aquel que le permita hablar sin fatigarse mientras lo realiza o eleve su pulso a menos de 140 latidos por minuto.

Este tipo de ejercicio aporta beneficios para la salud sin comprometer el bienestar materno-fetal, al tiempo que reduce la posibilidad de complicaciones durante la gestación.

 

El tipo de actividades a desarrollar debería tender a la mejora de la resistencia aeróbica de la embarazada, así como ayudar a desarrollar fuerza muscular, fomentar el equilibrio,  la coordinación motriz, la flexibilidad y el trabajo del suelo pélvico.

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