EJERCICIO Y DIABETES

Por: Dr. José Rodrigo García

Director de la Universidad del Deporte

El ejercicio desempeña un papel importante en el manejo de la diabetes, ya que puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre, mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la enfermedad.

Control de glucosa en sangre: El ejercicio aumenta la absorción de glucosa en las células musculares, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre. Esto es especialmente beneficioso para las personas con diabetes tipo 2, donde la resistencia a la insulina es un problema común.

Mejora de la sensibilidad a la insulina: La actividad física regular puede mejorar la sensibilidad de las células a la insulina, lo que facilita que el cuerpo utilice eficazmente la glucosa en sangre. Esto es esencial para las personas con diabetes tipo 2, ya que su cuerpo no responde adecuadamente a la insulina.


Control de peso: El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable o a perder peso si es necesario. El exceso de peso puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, y perder peso puede ayudar a mejorar el control glucémico.


Reducción del riesgo cardiovascular: Las personas con diabetes tienen un
mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. El ejercicio regular puede mejorar la salud del corazón, reduciendo este riesgo al disminuir la presión arterial, los niveles de colesterol y la inflamación.


Reducción del estrés: El ejercicio puede reducir el estrés, lo cual es beneficioso ya que el estrés puede afectar negativamente los niveles de azúcar en la sangre. La relajación que ofrece el ejercicio puede ayudar a controlar mejor la diabetes.

 

¿Cómo ayuda el ejercicio?

Los músculos necesitan más energía, por lo que el cuerpo libera más azúcar o glucosa que en estado de reposo. Para las personas con diabetes, esto puede tener algunos efectos colaterales. Por ejemplo, si el cuerpo no tiene suficiente insulina para utilizar la glucosa liberada durante la práctica de ejercicio, la glucosa permanece en la sangre, lo que provoca concentraciones elevadas de azúcar en sangre. Esto recibe el nombre de hiperglucemia.

El hecho de no tener suficiente insulina para poder utilizar el azúcar de la sangre también puede hacer que el cuerpo utilice grasa como combustible. Cuando el cuerpo empieza a metabolizar grasa, se producen sustancias denominadas cuerpos cetónicos. Las personas con diabetes no deberían hacer ejercicio si tienen niveles altos de cuerpos cetónicos en sangre porque podrían sentirse muy mal. Si tienen diabetes tipo 1, el médico deberá indicar cómo se puede comprobar la concentración de cuerpos cetónicos (tal vez se tenga que recoger una muestra de orina antes de hacer ejercicio) y cómo se debes tratar a esa persona para normalizarla.El hecho de que el cuerpo necesite más glucosa durante la práctica de eje
rcicio también puede hacer que descienda excesivamente la concentración de azúcar en sangre (lo que se denomina hipoglucemia).

La hipoglucemia puede ocurrir cuando el cuerpo utiliza todo el azúcar almacenado, lo que implica que no queda más glucosa por liberar cuando la necesitan los músculos. Esto es especialmente cierto cuando la concentración de insulina en sangre sigue siendo alta porque ha transcurrido poco tiempo desde la administración de la inyección de esta sustancia.
Tal vez haya necesidad de comprobar la concentración de azúcar en sangre y tomar un alimento o líquido para prevenir la hipoglucemia. Antes de empezar un programa de ejercicios riguroso, como entrenar para determinado deporte, probablemente el médico recomendará reajustar la dosis de insulina para prevenir la hipoglucemia.


Recomendaciones generales: Es importante que las personas con diabetes consulten a su médico antes de comenzar un programa de ejercicios para garantizar que sea seguro y adecuado para su situación. Las pautas de ejercicio pueden variar según el tipo de diabetes y otros factores individuales. Por lo general, se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad baja-moderada a la semana.


Monitoreo constante: Las personas con diabetes deben vigilar sus niveles de azúcar en la sangre antes, durante y después del ejercicio para ajustar la medicación o la ingesta de carbohidratos según sea necesario. También es esencial mantenerse hidratado durante el ejercicio.


Variedad de ejercicios: Diferentes tipos de ejercicio, como caminar, nadar, andar en bicicleta, levantar pesas y practicar yoga, pueden ser beneficiosos. La elección del ejercicio depende de las preferencias y necesidades individuales.
En resumen, el ejercicio es una parte fundamental en el manejo de la diabetes, ya que puede ayudar a mejorar la salud en general, controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el riesgo de complicaciones.
Cualquier tipo de ejercicio o actividad física resultan estupendos para las personas con diabetes. Puede tratarse de un simple paseo por un parque o jugar un partido de futbol a máxima intensidad, lo importante es realizar alguna actividad física con la mayor frecuencia posible; diariamente de preferencia.
Es necesario cambiar los hábitos a fin de poder hacer ejercicio todos los días, y eso puede ser difícil al principio. Pero sabemos que en cuanto la gente empieza a notar los efectos beneficiosos del ejercicio, se engancha a él. A partir de ese momento, resulta más fácil seguir haciéndolo.
Las personas con diabetes pueden hacer ejercicio y practicar deporte al mismo nivel que cualquier otra persona, pero hay algunos datos que son necesarios conocer.

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