Depresión

Aprende a reconocer las señales y buscar tratamiento

¿Te sientes muy cansado, indefenso y desesperado? ¿Has perdido el interés en muchas de las actividades y ocupaciones que solías disfrutar? ¿Tienes dificultad para trabajar, dormir, comer y funcionar? ¿Te has sentido así día tras día?

Si contestaste que sí a estas preguntas, es posible que tengas depresión.

A medida que vamos envejeciendo, se puede pasar por muchos cambios, tales como la muerte de seres queridos, acontecimientos estresantes de la vida o problemas de salud. Es normal sentirse intranquilo, estresado o triste por esos cambios, pero después de adaptarse, muchas personas vuelven a sentirse bien.

La depresión es diferente. Es un problema médico que afecta la vida diaria y el funcionamiento normal. No es una parte usual de la madurez y el envejecimiento, ni una señal de debilidad, ni un defecto de carácter. Muchas personas mayores que tienen depresión, necesitan tratamiento para sentirse mejor.

Tipos de depresión

Hay varios tipos de depresión. Los más comunes incluyen los siguientes:

Depresión grave o mayor: síntomas graves que interfieren con la capacidad de trabajar, dormir, concentrarse, comer y disfrutar de la vida. Algunas personas pueden tener un solo episodio en la vida, pero es más común tener varios episodios.

Trastorno depresivo persistente (distimia): síntomas de depresión no tan fuertes como los de la depresión grave, pero que duran por mucho tiempo (por lo menos dos años).

Depresión menor: síntomas de depresión que no son tan fuertes como los de la depresión grave o del trastorno depresivo persistente y que no duran mucho tiempo.

¿Conoce las señales?

En algunas personas, la depresión puede pasar sin diagnosticarse o puede diagnosticarse erróneamente porque la tristeza no es su síntoma principal. Tal vez tengan otros síntomas de depresión menos obvios o no quieran hablar de sus sentimientos. Es importante saber cuáles son las señales y buscar ayuda si la posibilidad de tener depresión le preocupa.

La depresión tiene muchos síntomas, incluso físicos. Si tienes varios de los síntomas y te han durado al menos dos semanas, es posible que tengas depresión.

  • Estado de ánimo constantemente triste o ansioso
  • Sentirse “vacío” gran parte del tiempo
  • Pérdida de interés o de placer en los pasatiempos y las actividades
  • Pesimismo o falta de esperanza
  • Sentimientos de culpa, falta de auto-estima e impotencia
  • Fatiga o tener menos energía, sentir que se mueve o habla más lentamente
  • Dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones
  • Problemas para dormir, incluyendo despertarse muy temprano o dormir demasiado
  • Cambios en el apetito o el peso, sin proponérselos
  • Pensamientos sobre la muerte o el suicidio o intentos de suicidio
  • Sentirse inquieto o irritable
  • Dolores y molestias físicas, como dolor de cabeza, calambres o trastornos digestivos sin ninguna causa física aparente y que no se alivian ni siquiera con tratamiento

¿Es aflicción o depresión?

La aflicción o la gran pena que se siente después de la pérdida de un ser querido es una reacción normal a esa pérdida y, en general, no exige tratamiento de salud mental. Sin embargo, la aflicción que dura mucho tiempo después de la pérdida o que es excepcionalmente grave puede exigir tratamiento.

Factores de riesgo

Aunque la mayoría de los casos de depresión se diagnostican en adultos jóvenes, la depresión puede ocurrir a cualquier edad. Ciertas personas tienen un mayor riesgo de tener depresión. Si eres una persona mayor de 50 años, puedes tener un mayor riesgo si:

  • Eres mujer
  • Tienes una enfermedad crónica, como cáncer, diabetes o enfermedades del corazón.
  • Tienes una discapacidad
  • Duermes mal
  • Te sientes solo o estás socialmente aislado

También puede tener un mayor riesgo si:

  • Tienes antecedentes personales o familiares de depresión
  • Tomas ciertos medicamentos
  • Sufres de una enfermedad cerebral
  • Abusas de las bebidas alcohólicas o las drogas
  • Has tenido acontecimientos estresantes en la vida, como la pérdida de un cónyuge, un divorcio o enfrenta el cuidado de alguien con una enfermedad crónica.

¿Cómo consigo ayuda?

Si crees que tú o un ser querido puede tener depresión, es importante buscar tratamiento. Una persona con depresión no puede simplemente “salir” de la depresión. Es una enfermedad real que afecta la calidad de vida. La depresión también puede llevar al suicidio, particularmente si no se trata, y es más probable tener una enfermedad física cuando se tiene depresión.

La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, la depresión en las personas mayores es tratable. El tratamiento apropiado puede ayudar a mejorar la salud en general y la calidad de vida. Con el tratamiento apropiado, se puede comenzar a ver mejoras tan pronto como dos semanas después de iniciarlo. Algunos síntomas pueden comenzar a mejorar al cabo de una o dos semanas, pero es posible que pasen varias semanas antes de sentir el efecto total.

Habla con tú médico

Si crees que tienes depresión, el primer paso es hablar con tu médico o proveedor de atención médica. Tu médico examinará tu historia clínica y te hará un examen físico para descartar otros problemas médicos que pueden causar síntomas de depresión o contribuir a ellos. También puede hacerte una serie de preguntas acerca de cómo te sientes. Es importante que seas franco y sincero con respecto a tus síntomas, aunque te sientas avergonzado o sea tímido.

Si se pueden descartar otros factores, el médico puede referirte a un profesional de la salud mental, como un psicólogo, un consejero, un trabajador social o un psiquiatra. Algunos de estos profesionales tienen formación especial para tratar la depresión y otros problemas emocionales en las personas mayores.

¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?

Las principales opciones de tratamiento de la depresión incluyen medicamentos y psicoterapia. Es importante recordar que, debido a que los médicos y los terapeutas preparan un plan de tratamiento personalizado para cada paciente, a veces es necesario intentar diferentes tratamientos o combinaciones de ellos hasta encontrar uno que surta efecto para usted.

Medicamentos

Los antidepresivos son medicamentos que pueden dar buenos resultados para el tratamiento de la depresión. Aunque algunos síntomas pueden comenzar a mejorar al cabo de un par de semanas, es posible que estos productos tarden varias semanas para que obren totalmente. Como sucede con la mayoría de los medicamentos, muchas personas tienen algunos efectos secundarios que, en la mayoría de los casos, se pueden tratar o reducir al mínimo. Los efectos secundarios más comunes de los antidepresivos incluyen:

  • Náuseas y vómitos
  • Aumento de peso
  • Diarrea
  • Somnolencia
  • Problemas sexuales

Los antidepresivos pueden causar otros efectos secundarios que no se incluyen en esta lista. La mayoría de esos efectos disminuyen con el tiempo. Si tomas antidepresivos, habla con tu médico sobre cualquier efecto secundario que tengas, sobre todo si es nuevo, si empeora con el tiempo o si te preocupa. A menudo, reducir temporalmente la dosis o cambiar de medicamento ayuda cuando los efectos secundarios son problemáticos. Si tienes pensamientos de suicidio o experimentas cambios en el estado de ánimo o el comportamiento, llama a tu médico inmediatamente.

Las personas mayores de 65 años deben tener cuidado al tomar medicamentos, sobre todo cuando son para tratar diferentes problemas. Las personas mayores tienen un mayor riesgo de experimentar interacciones indeseables entre los medicamentos, omitir una dosis o tomar un exceso de la dosis. Asegúrate de informar a todos los médicos que consultes sobre todos los medicamentos que te han recetado. También es una buena idea comprar todos los medicamentos en la misma farmacia. Los farmacéuticos son una excelente fuente de información sobre medicamentos y te alertarán a ti y a tus médicos si les preocupa una posible interacción entre los medicamentos. Esto puede ocurrir en forma inadvertida cuando un médico no está familiarizado con un medicamento que le ha recetado otro proveedor de atención médica para tratar una afección diferente.

Las personas mayores también suelen ser más sensibles a los medicamentos. Por lo tanto, se pueden necesitar dosis más bajas o menos frecuentes. Antes de comenzar a tomar un medicamento, las personas mayores y sus familiares deben hablar con el médico sobre la posibilidad de que el medicamento afecte el grado de alerta, la memoria o la coordinación. También deben preguntar qué puedes hacer para ayudar a asegurarse de que los productos recetados no aumenten el riesgo de caídas. Si tienes dificultad para recordar que debes tomar varias dosis de medicamentos durante el día, es posible que tu médico te recete un antidepresivo que requiera una sola dosis diaria. De cualquier manera, es necesario tomarlos todos los días y no solamente “cuando los necesites”.

Si tomas antidepresivos, es importante no dejar de tomarlos sin la ayuda de un médico.

Aun después de que vuelvas a sentirte bien, es importante seguir tomando los antidepresivos por varios meses para evitar la reaparición de los síntomas de depresión. Cuando sea tiempo de suspenderlos, el médico te ayudará a reducir la dosis de una manera gradual y segura. Es importante darle tiempo al cuerpo para que se adapte al cambio. Las personas no se vuelven adictas (no “se envician”) con estos medicamentos, pero la suspensión repentina puede causar síntomas del síndrome de abstinencia.

Psicoterapia

La psicoterapia (o “terapia de diálogo”) también puede ser un tratamiento eficaz para la depresión. Ayuda al enseñar nuevas formas de pensar y de comportarse y al cambiar los hábitos que pueden contribuir a la depresión. La psicoterapia puede ayudarte a entender y a resolver las relaciones o situaciones difíciles que pueden causar o empeorar la depresión. La investigación muestra que la terapia cognitivo-conductual, que incluye la llamada terapia de resolución de problemas, puede ser un tipo de psicoterapia particularmente útil para tratar a las personas mayores y mejorar su calidad de vida.

Tratamientos complementarios

Algunos ejemplos de tratamientos complementarios para la depresión incluyen yoga, ejercicios y ciertos suplementos alimentarios. Estos tratamientos pueden ofrecer beneficios a las personas con depresión. Sin embargo, no deben reemplazar una conversación con un profesional de atención médica y no debes suspender el plan de tratamiento determinado junto con ese médico. Infórmale a tu profesional de atención médica sobre cualquier método complementario que use o que se proponga usar. Esto ayudará a velar por tu seguridad. La actividad física es una parte útil de cualquier plan de tratamiento de la depresión y puede ser más fácil agregarla a medida que la persona empieza a sentirse mejor cuando el medicamento antidepresivo y la psicoterapia comienzan a surtir efecto.

Más allá del tratamiento: Cosas que puedes hacer

A medida que continúa el tratamiento, es posible que poco a poco empieces a sentirte mejor. Recuerda que, si tomas medicamentos, estos pueden tardar varias semanas hasta que comiencen a actuar. Si el primer medicamento no surte efecto, debes estar dispuesto a intentar otro. Es posible que necesites probar diferentes medicamentos antes de encontrar uno que te surta efecto. Si un antidepresivo es solo parcialmente eficaz, a veces conviene agregar un segundo medicamento de un tipo diferente.

Trata de hacer cosas que solías disfrutar antes de entrar en la depresión. Hay varios estudios que han demostrado que hacer esas cosas, aun cuando no espere disfrutar de ellas, puede ayudarte a levantar el ánimo. No te exijas demasiado. Otras cosas que pueden ayudar incluyen:

  • Divide las tareas grandes en tareas más pequeñas y haz lo que puedas cuando puedas. No trates de hacer demasiado a la vez.
  • Pasa tiempo con otras personas y habla con un amigo o familiar sobre tus sentimientos.
  • Cumple tu plan de tratamiento. Tomará tiempo hasta que surta efecto.
  • Discute las decisiones con otras personas que te conozcan bien. No tomes decisiones importantes hasta que te sientas mejor.
  • Si tienes pensamientos suicidas
  • Las personas mayores con depresión tienen más riesgo de suicidarse. Si piensas hacerte daño o en suicidarte, habla con alguien que pueda ayudarte inmediatamente.
  • Llame a tú médico.
  • Llama al 911 para servicios de urgencia.
  • Ve a la sala de emergencias del hospital más cercano.

¿Cómo ayudo a alguien con depresión?

Si conoces a alguien con depresión, lo primero que debes hacer es ayudarle a consultar con un médico o un profesional de la salud mental. Hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a una persona mayor con depresión. Por ejemplo, puedes:

  • Ofrecerle apoyo, demostrarle comprensión, tenerle paciencia y darle ánimo.
  • Ayudarle a recordar de sus citas y organizarle su “cajita de píldoras” semanales si es posible, ya que a veces las personas con depresión no pueden pensar con claridad.
  • Tratar de asegurarse de que tenga cómo acudir a las consultas médicas.
  • Hablarle y escucharle con atención.
  • No pasar por alto los comentarios sobre el suicidio e informar al terapeuta o al médico de tu amigo o ser querido sobre estos comentarios.
  • Invitarle a caminar o a pasear o hacerle participar en actividades en espacios interiores contigo.
  • Recordarle que, con el tiempo y el tratamiento, la depresión desaparecerá.

El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés) tiene varias publicaciones sobre depresión disponibles en:

https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depression-listing.shtml

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