8 CONSEJOS ESENCIALES PARA REDUCIR EL ESTRÉS LABORAL

El estrés laboral se ha convertido en uno de los fenómenos más importantes del entorno del trabajo y las organizaciones en las últimas décadas, especialmente después de la crisis económica que ha afectado notablemente a los países desarrollados.
Los recortes de personal, las pocas expectativas de desarrollo dentro de las empresas, los cambios socioeconómicos y las dificultades de conciliar la vida personal con el trabajo, entre otras razones, han contribuido a que el bienestar de los trabajadores se haya visto notablemente afectado.

Síntomas de estrés laboral
El estrés laboral puede alterar nuestra vida de forma significativa y afectar a nuestro pensamiento y nuestra conducta, provocando reacciones fisiológicas, físicas, cognitivas, emocionales y del comportamiento. Estos son algunos de los signos más habituales:

  • Ritmo cardíaco acelerado y taquicardias
  • Mareos, náuseas y vómitos
  • Dolor de cabeza
  • Tensión muscular y contracturas
  • Irritabilidad
  • Insomnio
  • Problemas de concentración
  • Ansiedad y depresión
  • Mal humor
  • Dificultad a la hora de tomar decisiones
  • Aumento del consumo de sustancias psicoactivas (tabaco, alcohol, etc.)

Algunos consejos para reducir el estrés
Si piensas que estás pasando por esta situación, es importante que tomes medidas al respecto para evitar que empeore y aparezca el burnout o síndrome del quemado (estrés laboral crónico).
A continuación puedes encontrar unos consejos que te van a servir para reducir la sintomatología característica de este fenómeno y mejorar tu bienestar mental:

  1. Busca el apoyo de amigos o familiares
    Si estás pasando por una situación de estrés laboral, lo primero que debes hacer es buscar un apoyo cercano para poder compartir tu experiencia. Ya sea un compañero de trabajo, un amigo o un familiar, hablar con otra persona te ayudará a sentirte menos solo.
  2. Evalúa tus intereses, habilidades y pasiones
    Puede ocurrir que el estrés laboral sea fruto de tu perfil profesional, en el que las competencias que posees no encajan con el lugar de trabajo en el que estás (debido a un mal proceso de selección de personal).
    Por ejemplo, hay personas a las que les apasiona trabajar de comercial, porque les gusta tener que negociar y estar hablando con personas constantemente. Sin embargo, hay otros individuos que están hechos para trabajar delante de un ordenador, ya que les motiva el trabajo de administrativo y tienen una serie de habilidades y formación que hacen que rindan bien en ese trabajo. Cuando una persona no disfruta con su trabajo o el trabajo que desempeña le viene grande, puede acabar estresado.
  3. Desconéctate del trabajo
    El trabajo es necesario para nuestra vida y es esencial para el bienestar, pero algunas personas se vuelven adictas al trabajo y ellos mismos son los causantes de su situación de estrés. Si eres de esos individuos que siempre estás pendiente del teléfono por temas laborales o cuando terminas tu jornada laboral te llevas el trabajo a casa, debes plantearte seriamente tomarte un descanso. El descanso es sinónimo de bienestar, y, por tanto, el trabajo no debe comprometer tu salud psicológica.
  4. Haz ejercicio
    El descanso es importante, pero también lo es tener hábitos saludables. Son muchas las personas que practican ejercicio físico cuando salen del trabajo porque les ayuda a desconectar.
    Los estudios científicos han demostrado que el ejercicio físico reduce los niveles de cortisol (que es la hormona relacionada con el estrés), incrementa la producción de norepinefrina (noradrenalina), un neurotransmisor que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés, y produce endorfinas o serotonina, que ayudan a mejorar el estado de ánimo.
  5. Gestiona el tiempo
    La mala gestión del tiempo es una de las causas más habituales de estrés. Por ejemplo, distraerse con la computadora, o no tener planificado tu tiempo puede hacer que al final acabes asumiendo muchas tareas a la vez o no concluyas ninguna. Por tanto, una correcta organización del tiempo es una de las mejores estrategias para prevenir el estrés.
  6. Duerme bien
    Si bien es cierto que el estrés puede provocar problemas de sueño, la falta de sueño puede interferir con la productividad, la creatividad, las habilidades de resolución de problemas y la capacidad de concentración. Cuanto más descansada esté una persona, más capacitada estará para hacer frente a sus responsabilidades laborales y más preparada estará para afrontar el estrés en el lugar de trabajo.
  7. Practica Mindfulness
    El Mindfulness (o Atención Plena) puede considerarse una filosofía de vida que ayuda a afrontar las experiencias de una forma más adaptativa y saludable. Gracias a la meditación y otras técnicas, la persona que practica Mindfulness consigue desarrollar la habilidad de ser consciente, compasiva y de estar en el aquí y el ahora con una mentalidad no enjuiciadora.
  8. Acude a terapia psicológica

Las personas podemos pasar por distintas situaciones de estrés a lo largo de nuestra vida y una de las fuentes más importantes se relaciona con el trabajo. Muchas veces el trabajo en una empresa está sujeto a unas condiciones, una formas de organización y exigencias que no están determinadas por nuestras capacidades, necesidades o expectativas. Por ejemplo, la tecnología, exigencias productivas o el deficiente diseño de la organización, que infravalora la importancia de los recursos humanos de la empresa.
Las personas tenemos una gran capacidad de adaptación, pero en ocasiones las demandas del trabajo nos obligan a realizar un esfuerzo excesivo que puede ocasionar problemas adaptativos.

Es importante destacar que en un mismo lugar de trabajo, con unas mismas condiciones, no todo el mundo reacciona al estrés de igual manera: unos individuos pueden sufrir más esta situación que otros. Esto se debe a que cada persona tiene una capacidad de adaptación distinta en función de diferentes motivos (variables personales, competencias laborales, expectativas sobre el puesto de trabajo, habilidades de resolución de problemas, etc.).
La terapia psicológica se convierte en una buena alternativa para paliar esta situación, porque ayuda a desarrollar una serie de estrategias y habilidades para que podamos controlar las experiencias y consecuencias que el estrés laboral produce. De esta manera, uno está más preparado para hacer frente a los requerimientos del trabajo y reduce el malestar de manera más significativa.

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